Me gustaría representar la obra de Federico García Lorca “La casa de Bernarda Alba”, porque refleja el estilo de vida de la sociedad rural andaluza a mediados del siglo pasado y las restricciones sociales en un momento de duelo ante la pérdida del cabeza de familia, y las consecuencias que se desprenden llevadas al último extremo.
Los participantes son alumnos del instituto de 15-16 años de edad.
Objetivos:
Se pretende conseguir desarrollar su empatía para que sean capaces de ponerse en el lugar de otras personas que atraviesan una situación de dificultad, agravada por los convencionalismos sociales de la época.
Quiero que los alumnos trabajen la inteligencia emocional, de forma que ensayen el modo de expresión de sentimientos, en este caso dramáticos, como la tristeza, el enfado, la impotencia…pero también me gustaría que sean capaces de interpretar momentos más fluidos que tiene la obra, más cercanos incluso a la comicidad. Así, aumentará su capacidad de percibir una realidad desde varios puntos de vista y una mentalidad global capaz de analizar los diversos aspectos implicados en una situación.
También mejorarán capacidades sociales como la interacción con los demás así como la comunicación y cognitivas como la memoria.
Los recursos principales son los propios alumnos, que van a trabajar su interpretación de un personaje. Para ello, contaría con la colaboración de un licenciado en arte dramático, que les facilitaría pautas sobre interpretación y expresión corporal y emocional. Les motivaríamos para promover su implicación en la medida de lo posible y dinamizar el grupo. Se desarrollaría unas sesiones de ensayo intensivas tres días a la semana en el salón de actos del centro escolar.
Y representaríamos la obra limitada a tres escenas esenciales: al abrirse el telón surge un acto inicial en el que las hijas de Bernarda Alba lloran la pérdida de su padre pero también se quejan de lo duro que se les hace el periodo de duelo en pleno verano andaluz, cuyo calor extremo también les condiciona a recluirse en casa. En un segundo acto, la hija pequeña expresa su deseo de ver al mozo que todas las noches se acerca al corral de la casona para adularla. En el tercer acto se desata la tragedia, con la intervención de la madre que, de forma inesperada, termina con la vida del galán.
Teatro ejercicio